Exceso de cariño a esos calcetines entrañables, simple pereza, convencimiento de que nadie lo va a ver… sea como fuere, los “tomates” en los calcetines han acabado sacando los colores a famosos (y no famosos) de todo el mundo en el momento menos pensado.
Sí, todos sabemos que los calcetines son ya una prenda fundamental en nuestro look, sea cual sea el que adoptemos, pero también sabemos que la parte de ellos que por lo general el resto de la gente aprecia es la caña y que la zona que envuelve cálidamente nuestros pies no queda expuesta a la vista del resto de la humanidad… casi nunca. Y ahí está el problema, en el “casi”, porque en ocasiones esto es lo que sucede y resulta imperdonable que cuando se da esta situación los calcetines originales luzcan unos, tan hermosos como patéticos, tristes agujeros más coloquialmente conocidos como “tomates”.
Reconozcámoslo, y quien esté libre de pecado que tire el primer calcetín, es vergonzante ese momento en que llegas al aeropuerto, te obligan a descalzarte en el control de seguridad y aparece, acusador, ese pulgar que asoma por la punta del calcetín. Y qué decir cuando tu jefe, por una vez en la vida, te invita a comer en un exclusivo restaurante japonés donde no se pueden llevar puestos los zapatos y de repente surge el inoportuno “tomate”. Y lo mismo sucede cuando llegas a la enmoquetada casa de un amigo que se empeña en preservarla de sucias pisadas de zapatos, o cuando en una cita romántica la cosa trasciende a mayores y en el peor momento tu pareja descubre que luces el abochornante “tomatillo”… o sencillamente una zapatilla no muy bien atada que sale volando por los aires ante las cámaras de televisión como le acaba de suceder a uno de los más importantes tenistas del circuito mundial, el ucraniano Alexandr Dolgopolov, cuando disputaba a cara de perro un partido contra el australiano Matthew Ebden en el Open de Australia y perdió una de sus zapatillas durante la disputa de un punto dejando al descubierto el “tomate” de su calcetín que mostró al mundo entero la desnudez del pulgar de su pie derecho.
Como decían las abuelas, es imprescindible salir a la calle “curiositos por dentro”. Así que repasemos pues algunos de los “tomates” más famosos de nuestra historia reciente. No es la primera vez, ni será la última, que reconocidas personalidades públicas, a las que se supone un nivel adquisitivo muy superior a la media, aparecen ante el mundo con la indecorosa imagen de unos calcetines lamentablemente agujereados. Eso precisamente fue lo que le sucedió hace un par de semanas a un popular diputado independiente chileno, José Manuel “Rojo” Edwards, que mientras comía en un restaurante de Santiago de Chile fue fotografiado con dos espectaculares “tomates” en cada uno de sus calcetines. Aunque, eso sí, se lo tomó con humor, a la fuerza ahorcan, y explicó a la prensa que “eran viejos” antes de añadir que, al ver las fotografías, “mi señora me mandó a comprar otros”. No es para menos.
Nada nuevo bajo el sol. No es la primera ni la última vez que los pies de ilustres personajes quedan al descubierto por culpa de los “tomates” de sus vetustos calcetines. No hay más que recordar el famoso caso del subsecretario del Ministerio de Defensa de EE. UU. y décimo presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, que durante un viaje oficial a Turquía tuvo que rendir protocolaria visita a la mezquita Selimiye, en la localidad tracia de Edirme.
Al entrar en la mezquita, como es bien sabido y preceptivo, el ilustre Wolfowitz, vestido con elegante traje azul oscuro y carísimos zapatos, tuvo que descalzarse y fue entonces cuando quedaron al descubierto los dos dedos gordos de sus pies asomando por sendos espectaculares “tomates”.
¿Y qué decir de nuestro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy Brey? Impagable fue su imagen publicada por la tristemente desaparecida revista Interviú en la que se apreciaban con toda claridad sus calcetines rotos. Rotos sí, así como suena, machacados por el uso los calcetines de todo un presidente del Gobierno. El acontecimiento tuvo lugar durante la asistencia de Rajoy al prestigioso Torneo Conde de Godó de Tenis. El presidente del PP compartía campechanamente mesa con otros ilustres asistentes al torneo que cada primavera se disputa en Barcelona cuando un fotógrafo disparó su cámara y el mundo pudo contemplar, atónito, los vistosos “tomates” que el ilustre prócer gallego lucía en sus talones.
Y es que, como cantaba la inolvidable Cecilia, para ir por la vida como Dios manda siempre hay que llevar “bien puestito el interior por si acaso algún bribón tiene que vernos a solas”…
FOTOS:
http://www.fotoshumor.com/Fotos_de_animales/es2102/Mariano-Rajoy-tiene-tomates-en-los-calcetines
http://blogs.periodistadigital.com/personalidad.php/2007/06/04/tomates_calcetines_rajoy_9999
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