Cortos, medios o largos, de colores lisos o con materiales estampados, los calcetines son una de las prendas que llevamos todos los días y sin los que no podríamos vivir, pero ¿quién inventó el primer calcetín de la historia? Sigue leyendo y descubre el origen de los calcetines vestir de hombre y mujer. ¡Comenzamos!
El primer calcetín de la historia: De unas vendas a calcetines de vestir
Para llegar a conocer los calcetines vestir de hombre y mujer que conocemos hoy en día, debemos saber que este accesorio tuvo que evolucionar desde que en el Neolítico surgieron los primeros prototipos de calcetines para proteger las piernas y pies del frío, aunque eran simples vendas que se enrollaban en torno al pie. Habrá que esperar al siglo VIII para tener la primera prueba de la existencia de los calcetines cuando Hesíodo se refirió en uno de sus poemas a los piloi (fieltro).
Sin embargo, no fue hasta más tarde, en torno al año 256 que surgiera la industria del calcetín en Egipto. Datan de ese año unos calcetines hechos de ganchillo que se encontraron en una tumba en Antinoópilis, una ciudad del Antiguo Egipto, y que hoy en día se encuentran expuestos en el museo municipal de la ciudad inglesa de Leicester.
¿Cómo eran los calcetines en la antigüedad?
Los calcetines en la antigüedad estaban hechos de telas y materiales blandos y suaves como fieltro y paño no tejido, y con un forro de pelo que servía para proteger los pies del frío. Pero también de las rozaduras que producían los materiales rudos con los que se hacía el calzado.
Nadie conoce quién fue la persona que inventó los calcetines, pero este descubrimiento muestra todos los indicios para entender cuándo y dónde surgió su patente. Los bárbaros empleaban los calcetines para proteger los pies de las rozaduras, un calcetín que mejoraron los romanos, puesto que al mojarse las telas se endurecían ejerciendo una fuerte presión sobre la piel probando más fricción y heridas. Éstos aprendieron de los bárbaros y comenzaron a usar los calcetines a partir del siglo II. Previamente utilizaban las famosas sandalias romanas sin nada entre los pies y estas.
Los calcetines romanos podían llegar a cubrir las piernas hasta las rodillas con largas tiras de lana o de cuero, sin curar en el que la parte del pelo animal era la que estaba en contacto con la piel. A partir de este momento se empezaron a confeccionar calcetines con patrón.
No fue hasta el siglo III con el uso del ganchillo y el punto de aguja que los calcetines obtuvieron su principal atributo actual y comenzaron a ser elásticos. Por otro lado, otro dato curioso e interesante es que los calcetines estuvieron unidos a las calzas hasta mediados del siglo XVI, que fue cuando se comenzó a diferenciar entre calzones, medias y calcetines.
La reina Isabel I fue la primera mujer occidental en llevar calcetines y bajo su reinado se inventó la “calcetera mecánica” que industrializaba su confección, aunque no quedó muy convencida y seguía prefiriendo los calcetines de seda hechos por artesanos españoles. Y es que la industria del calcetín ha estado siempre muy vinculada a la moda y artesanía española.
La fibra marcó un antes y un después en la historia de los calcetines, y la introducción del Nylon supuso el fin del uso de la seda por todas las posibilidades que ofrecía este material.
Hoy en día, después de siglos de evolución existen infinidad de opciones a elegir en cuanto a calcetines aunque el tejido favorito para los calcetines vestir de hombre es el algodón ya que se trata de un material transpirable y cómodo.